Una de las cosas a las que les tengo aversión como escritora es a quedarme estancada en un solo tema y que me conozcan por escribir historias de “x” tipo. No digo que Corín Tellado haya sido un asco por sus novelitas de amor, que Stephen King sea un pésimo autor por enfocarse en el terror, o que Isaac Asimov fuera malo por su amor a la tecnología. Todos ellos son magníficos escritores, pero yo no busco ser tan así. La variedad es algo que me gusta aplicar con ciertos aspectos de mi vida porque en otros prefiero la estabilidad.
Cuando todavía no debutaba oficialmente como autora de fanfics, escribí un enorme surtido de historias que desafortunadamente ya no puedo recuperar. El caso es que cuando mi nick comenzó a deambular por la red, fue para fanfics yaoi, eso ya se los había dicho. Nunca de los nuncas había trabajado en algo así (y se nota) pero no me desagradó tratar con homosexuales. De hecho, lo encontré refrescante poque hasta ese momento había sido como una miniatura de Nora Roberts.
Después de que tuve suficiente de los líos entre Seto Kaiba y Joey Wheeler, comencé a explotar al pobre Naruto.
Durante meses escribí y escribí historias románticas, esparcidas con el toque de humor que me caracteriza. Los seguidores comenzaron a conocerme mejor y también me llegaron algunos flames, pero eso no me importó. Aún así, había algo que me mantenía descontenta... la monotonía.
Cuando mi cabeza ya no pudo más, tomé la pluma de apuntes especiales, papel blanquísimo y escribí mi primer relato que me sacó de ese estanque de miel que yo misma había creado: In The Company of Wolves. Ese fue el primer fic que hice cuyo contenido iba más allá de escenas dramáticas y suspiros interminables.
Como me gustó tanto y quise seguir probando, más adelante surgió Desde el Infierno. Este me gustó bastante porque además de haber puesto a Itachi Uchiha como protagonista, experimenté con el consabido tema del asesino serial... todo en un solo capítulo. Aunque no es el one-shot más leído en mi haber, tampoco ha sido mal recibido por los fans.
Más recientemente, volví a las andadas con Paranoia, un fanfic que cae más en la categoría de sobrenatural con sus respectivos toques de drama. Como sus predecesoras, disfruté mucho escribiéndolo.
¿Y qué quiero decir con todo esto? ¿Que cambiaré los pañuelos de seda por los cuchillos ensangrentados? Para nada. Simplemente variaré mis escritos para darme gusto a mí, y a los lectores que tienen sed de escalofríos. Todavía me falta un buen tramo para consolidarme en la materia, pero opino que por algo se empieza, ¿no?
Firey Girl Out
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